En la actualidad las personas pueden expresar diversos estilos de vida y, cada uno es tan respetable como los demás. Así mismo es cada vez más común que las personas decidan compartir su vida con algún animal de compañía; esta relación es de gran afecto y lealtad, no obstante, el amor que puede sentir un individuo hacia su mascota puede llegar a ser tan intenso, provocando que la persona trate a su compañero peludo como un ser humano más. Esta situación vulnera a los animales y se suele considerar como una forma de maltrato.
Compartir nuestra vida junto a una mascota es una gran experiencia que trae consigo grandes aprendizajes, hoy en día se les considera a los animales de compañía parte del núcleo familiar y por lo mismo, su estatus suele tener un gran peso en la vida de sus tutores. No obstante, en ocasiones el afecto que se puede ofrecer a la mascota puede ser tan grande que la forma de tratar a los animales cambia, dándoles una interacción más humana.
La humanización es el término utilizado cuando las personas modifican el trato que tienen con sus mascotas y lo proyectan más a la forma de interactuar con otro ser humano, buscando de cierta manera identificar ciertos gestos o reacciones por parte del animal de compañía.
Es importante resaltar que parte de la promoción del bienestar animal es a través del cumplimiento de sus 5 libertades animales, siendo la última, que los animales deben ser libres de expresar sus comportamientos naturales con base a su especie, edad, raza y estado fisiológico.
Mascotas que son cargadas durante largas horas, que son transportadas en vehículos pensados para niños o bebés, son vestidos con diversas prendas e inclusive alimentados con productos especiales, son algunos de los ejemplos donde se percibe la humanización de la mascota.
El respeto a la identidad de los animales es el pilar para no caer en acciones humanizantes con las mascotas, el trato como seres humanos es una forma de atentar contra su naturaleza y por lo tanto, es considerada como una forma de maltrato, principalmente porque desemboca en enfermedades conductuales que impedirán el bienestar del animal de compañía. Es diferente considerar que los animales tienen derechos equitativos a los seres humanos, con respecto a pensar que los animales son iguales a los seres humanos. La convivencia e interacción con los animales debe estar fomentado por el respeto de las diferencias que existe entre las especies y aprender a entender, aceptar y querer estas diferencias, para promover la sana convivencia.
El amor y el afecto que se puede sentir por una mascota no tienen límites, pero se debe evitar que la expresión del cariño hacia los animales de compañía se transforme en una interacción equivocada. Contar con recursos de apoyo por parte de especialistas en el tema, te podrá ayudar a distinguir cuando el trato que proporcionas a tu mascota no es el adecuado.