Así como en las personas, un desequilibrio entre el consumo excesivo de alimento y una cantidad insuficiente de ejercicio puede llevar a la acumulación de grasa en las mascotas, que se traduce en sobrepeso y obesidad, y que puede tener implicaciones importantes para su salud. Sin embargo, es posible tomar algunas medidas para ayudarlas a prevenir estos riesgos.
Cuando se aprecia que un perro o gato está “gordito”, lejos de ser saludable, es una condición que pone en riesgo su vida. Algunos hábitos como darles alimentos altos en grasa, dar comida o premios en exceso, pueden llevar a las mascotas a tener sobrepeso y obesidad, pero también otros factores pueden ser la causa, como la predisposición genética por su raza, un bajo nivel de actividad física, si fueron esterilizados o no, padecimientos que limiten su movilidad o estar bajo tratamientos médicos (como los corticoides) que pueden ocasionar un exceso de apetito.
Al acumular grasa en exceso, las arterias reciben más presión, por lo que es más probable que las mascotas puedan padecer una enfermedad cardiovascular. Además, en la medida que cargan más peso, se les dificulta moverse y las articulaciones se dañan por el exceso de peso.
Otra de las complicaciones asociadas con el sobrepeso es el riesgo de padecer diabetes, que ocasiona efectos negativos en la salud que reducen su calidad y esperanza de vida. Además los perros o gatos que son obesos, se cansan con facilidad e incluso evitan realizar algunas actividades que impliquen esfuerzo físico.
Por ello, la importancia de una valoración con el veterinario, para tomar el peso y conocer la condición corporal del perro o gato y así determinar si la mascota está en sobrepeso u obesidad e iniciar un plan de pérdida de peso basado en una alimentación baja en grasa y cantidades adecuadas de alimento. También pueden implementarse acciones como evitar dar comida “extra” y promover un estilo de vida más activo, que permita incrementar el nivel de actividad física, como implementar juegos para gatos que los hagan ejercitarse, o paseos con los perros.
En el caso de mascotas que han sido esterilizadas y que puedan tener riesgo de subir de peso, es conveniente pesarlas de forma regular los primeros seis meses después de la esterilización, para tener oportunidad de hacer los cambios necesarios antes de que sea un problema.
Como con cualquier padecimiento, más vale prevenir que curar, por ello, al detectar cualquier incremento en el peso de las mascotas conviene tomar medidas que permitan corregirlo o evitar que sea mayor.