De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, el concepto de salud es un estado completo de bienestar físico, mental y social, no únicamente la ausencia de enfermedades o padecimientos. Es así que el bienestar físico, incluye a la actividad física como uno de sus pilares fundamentales.
Para comenzar a hablar de movimiento corporal es necesario identificar algunos conceptos sobre ello. La definición de actividad física se refiere a cualquier tipo de movimiento corporal que realicen los músculos, incluyendo caminar, subir escaleras, realizar actividades de limpieza, por ejemplo; mientras que el ejercicio es aquel movimiento planeado y estructurado con el objetivo de desarrollar las capacidades físicas, es decir, la fuerza, resistencia, velocidad y flexibilidad.
En este sentido, tanto el ejercicio como la actividad física son necesarios para el bienestar, por su parte, la actividad física permite llevar una vida más activa y fomenta la circulación y respiración cada día. Si además incorporamos ejercicio como salir a correr en un tiempo específico, realizar alguna caminata, hacer estiramientos, tomar una clase de yoga o ejercicios de pilates, etc., se potencia el desarrollo de la resistencia que a su vez mejora la capacidad respiratoria, fortalece el corazón, los huesos, y además contribuye al desarrollo de masa muscular.
Por otra parte, cuando se busca reducir o mantener el peso, se habla del ejercicio pero poco se habla de la importancia de la masa muscular. El tejido muscular es un tejido activo, es decir, requiere de energía para mantenerse incluso en reposo, por ello a mayor desarrollo muscular tenga una persona, mayor será su gasto energético, además de que ayuda a mejorar la sensibilidad a la insulina y estimula la utilización de glucosa, en otras palabras, regula los niveles de glucosa en sangre, lo cual es un factor preventivo de enfermedades como la diabetes tipo 2 o alteraciones como la resistencia a la insulina. Sin embargo el mantenimiento de masa muscular tampoco se reduce únicamente esto, sino que tiene beneficios en la movilidad y fuerza, además de reducir el riesgo de lesiones.
Por lo tanto, promover el ejercicio de manera regular y el movimiento en todas sus formas, es una estrategia para mantener un estilo de vida saludable, comprendiendo también su relación con la nutrición, permite integrar más aspectos que generen bienestar. La alimentación que se lleva a cabo día con día, impacta en el nivel de energía, estado de ánimo y por supuesto, desempeño laboral, si a ello le sumamos que el ejercicio ayuda a potenciarlo, tenemos dos herramientas claves para un rendimiento óptimo.
Asociado al ámbito laboral, respecto al manejo del estrés, el ejercicio aparece como una herramienta de apoyo, ya que ayuda a disminuir los niveles de estrés elevados, además de generar hormonas que mejoran el estado de ánimo. Puedes comenzar con una caminata de 10 a 15 minutos posterior a tus actividades laborales, por ejemplo, para que observes este beneficio y de manera gradual ir incrementando el tiempo o bien, incluir otro tipo de actividades o ejercicios.
Por si fuera poco, la práctica regular de ejercicio, es un factor para reducir el riesgo de depresión y de ansiedad en adultos, además de tener efectos positivos en la salud mental y autoestima, beneficiando el estado de ánimo. No esperes para comenzar, el mejor día para hacerlo es hoy, y el mejor ejercicio es el que te haga sentir bien, empieza a sumar a tu bienestar.