Hoy en día se conoce el vínculo entre la alimentación y las enfermedades crónicas, sin embargo, estas siguen apareciendo en una gran parte de la población, lo cual genera altos costos para el tratamiento o control de las mismas. El objetivo de este artículo es sensibilizar acerca de cómo una alimentación saludable puede prevenir estas enfermedades y evitar un impacto económico a largo plazo.
Desde una perspectiva global, se estima que a nivel mundial, los gastos por enfermedades crónicas no transmisibles, hacia 2030 costarán a la economía mundial más de 30 billones de dólares, por ello es importante voltear a ver las causas de estas enfermedades, ya que cada año se presentan fallecimientos asociados a la ingesta excesiva de sodio, a un consumo insuficiente de frutas y verduras, así como a la prevalencia de una baja actividad física.
A su vez, puede identificarse que las causas mencionadas tienen que ver con la alimentación de manera directa, puesto que mantener una alimentación saludable a lo largo de la vida, es un papel protector para la prevención de enfermedades, y al evitar que se presenten, se evita también el gasto que cada una genera.
Por ejemplo, el tratamiento para controlar la diabetes, además de las pautas alimentarias, implica usualmente el consumo de medicamentos, así como equipo médico (contemplando el uso de un glucómetro y tiras desechables) para hacer monitoreos de manera constante, considerando de manera adicional que en otros casos de diabetes se requiere incluso de insulina. En el caso de complicaciones también se generan gastos en revisiones médicas para recibir atención con especialistas y atender alteraciones en la vista o los pies.
Cabe mencionar que se puede tener una o varias enfermedades crónicas, incluso alguna como resultado de otra, lo cual incrementa los gastos en medicamentos o tratamientos para el control de cada una, orientados a disminuir las complicaciones de ambas. Es importante también considerar que esto no es limitante, sino que incluye otros costos indirectos como reducción en la productividad laboral e impacto en la calidad de vida de la persona.
Entonces, ¿cómo prevenir? comienza a abonar a tus hábitos alimenticios, cuidando la frecuencia, calidad y cantidad de alimentos que consumes; mantén un monitoreo de tu peso corporal, y en lo posible de laboratorios para revisar tu glucosa, colesterol y triglicéridos, entre otros. Recuerda que puedes acercarte con los profesionales de la salud para que te guíen al respecto.
Finalmente, no olvides el ejercicio, el cual tiene un gran papel protector con respecto a las enfermedades crónicas y tu salud en general, mismo que puede incluso hacerse sin generar un gasto. Una opción básica es caminar, ya sea a un ritmo constante o por intervalos, esta actividad tiene grandes beneficios a la salud, sin necesariamente representar un gasto.
En definitiva, las acciones que tomes hoy para cuidar tu salud a largo plazo, impactarán en tu economía, toma en cuenta que la alimentación es clave para tu bienestar físico y económico.