Actualmente, seguimos aprendiendo de los efectos del Covid-19 en el cuerpo a largo plazo. Se han identificado algunos síntomas y afecciones que se mantienen, a lo largo del tiempo, después de la infección aguda.
Pese a que los esfuerzos iniciales van enfocados a la detección y tratamiento del cuadro agudo, se ha notado un gran número de pacientes que continúan con algunas molestias tras meses de haber cursado la infección, las cuales requerirán manejo o vigilancia a corto, mediano y largo plazo.
La más frecuente de las secuelas es la astenia, también llamado fatiga, siendo más frecuente en mujeres y personas con antecedentes de depresión y/o ansiedad; la intensidad puede variar de persona a persona.
Los pacientes que cursaron con Covid-19 grave son más propensos a presentar secuelas respiratorias, donde se evidencia una disminución de la función pulmonar, referido por la persona como dificultad para respirar o agitación al realizar alguna actividad física, la cual previamente era mejor tolerada.
En estudios de imagen se han encontrado también algunas alteraciones cardiacas, principalmente relacionadas con inflamación y fibrosis (tejido reparativo), pudiendo explicar también la disminución de la tolerancia al ejercicio.
Los síntomas neurológicos relacionados con Covid-19 son dolor de cabeza, mareo, pérdida del olfato y pérdida del gusto, en casos más graves pueden existir eventos vasculares cerebrales, convulsiones, entre otros.
Respecto a las disfunciones olfativas y/o gustativas, no suele durar más allá de 6 semanas en la mayoría de los pacientes; sin embargo, hay casos reportados de hasta 7 meses con la molestia.
Ante cualquier alteración de la percepción, la movilidad o el estado mental, será necesaria una evaluación neurológica, a la brevedad, porque algunas patologías pueden comprometer la vida.
Con la llegada del distanciamiento social y los miedos de la pandemia se han aumentado bastante las enfermedades psiquiátricas; en los grupos de seguimiento de los pacientes post Covid-19, se ha encontrado una incidencia mayor de ansiedad e insomnio, sin embargo, algunas otras alteraciones emocionales también se hicieron presentes.
Se han descrito en algunos estudios mayor abuso de sustancias y depresión en las personas que tuvieron Covid-19.
Aunque ha sido bastante difundido las alteraciones de la coagulación en las personas con Covid-19, posterior al cuadro agudo, no se ha encontrado aumento de enfermedades relacionadas al ser dados de alta.
Algunas enfermedades autoinmunes (aquellas en la que el sistema inmunológico del cuerpo ataca a las células sanas) han tenido mayor incidencia en los niños que tuvieron Covid-19.
En últimas investigaciones se han encontrado relación con descontrol de la glucosa y daño renal en pacientes que cursaron con la enfermedad.
Al existir diversas secuelas, se han establecido estrategias para el manejo de cada una, desde las distintas disciplinas, por lo que, una vez finalizado el cuadro agudo, es importante acudir a valoración médica, sin importar que se presente un síntoma o no, ya que en muchas ocasiones se descubre la molestia hasta realizar la exploración física específica.
Si has tenido Covid, acude con tu médico y cuida tus hábitos.
