La resiliencia es un concepto que nos ayuda a identificar la capacidad de afrontar situaciones desfavorables. Se trata de un conjunto de habilidades y actitudes que permiten resistir la adversidad y lograr, a partir de ésta, una ganancia, en términos de crecimiento y desarrollo personal; pero cómo podemos llevar esto, al ámbito de las relaciones de pareja?
La resiliencia, en psicología, se utiliza para explicar que una persona es capaz de recuperarse de las situaciones que enfrenta que le implican un gran reto. El término se utiliza para destacar la capacidad que tienen las personas para mantener su salud emocional, lograr un desarrollo cognitivo (del pensamiento), a pesar de vivir bajo condiciones que se consideran de poca probabilidad, en donde los recursos son escasos, que reciben poco apoyo y que se encuentra, de cierta manera, vulnerables a presentar alteraciones de salud mental.
En este artículo, la propuesta es llevar el concepto a la relación de pareja, invitarte a reflexionar acerca de cómo hacer para que afrontes las situaciones que nos reta la vida, sin que tu relación se venga abajo. Se trata de atravesar las adversidades juntos, permitiendo que los conflictos con el mundo, y dentro de la relación, sean una oportunidad para afianzar la relación y no una amenaza de destrucción.
Acepta que cambias y tu pareja también. Tener la capacidad para ubicar y aceptar los cambios es la clave para construir una relación. Va a haber actividades, temas, amistades que nos van a dejar de interesar. Es importante que no creas que cada cambio es una revolución que se revela contra ti, que va en contra de tu propio desarrollo. Puede ser que por un tiempo les guste realizar ejercicio juntos, pero que un día tu pareja se levante con la idea de empezar un proyecto de ejercicio físico a solas. Acepta el reto como parte de su desarrollo y aprovecha la oportunidad para tomar un proyecto que tenías guardado también.
No todas las diferencias son para pelear. Hay que elegir solamente aquellos temas importantes para negociar o discutir. Hablar sobre lo que nos interesa y defender nuestro punto de vista es importante; para ello, tienes que aceptar cada enojo como temporal y no reaccionar yendo a la “ yugular” de tu pareja. Elige solamente aquello que te trascienda, lo sabrás por lo que sientas de tu pareja. Y cuando te sientas mejor intenta ubicar qué es lo que te molesta y por qué. Si consideras que es importante, abre la situación e intenta llegar a acuerdos en donde ambas personas ganen.
Acepta que puede no haber afinidad. En ocasiones, nos enamoramos profundamente; el enamoramiento nos regala unas gafas a través de las cuales observamos a nuestra pareja con características que ni siquiera tiene. Cuando pasa esta etapa inicial de la relación, nos cuestionamos acerca de su forma de ser, pero si hacemos un recuento de la situación, ubicamos con sorpresa que desde un comienzo era así. Y tienes dos destinos opcionales, uno, es aceptar las diferencias y retirarte de la relación con respeto, porque la otra persona tiene derecho a ser distinta, esto ocurre solamente si consideras que dicha diferencia va a mermar tu existencia en el futuro si llegaran a permanecer juntos. Pero si ubicas que, aunque no coinciden, es algo que no te parece trascendente, incluso en tu juicio personal, la persona es importante y “buena”, entonces quédate y disfruta de las diferencias.
Promueve su bienestar. Probablemente te estás preguntando por qué tienes que hacerte cargo de una persona adulta y funcional, y definitivamente no es la idea. Lo que estoy proponiendo es que, en la medida de tus posibilidades y hasta donde tú sientas comodidad, le apoyes a desarrollarse. A veces requerirá de una escucha sin que realices más acciones, pero que sepa que estás ahí. En otras ocasiones, tendrás que utilizar tus propios recursos para compartirlo o para construir algo juntos. Ocúpate de cómo se siente, de qué necesita para sentirse mejor. A veces es tan simple como tener un detalle que a ti no te problematiza la vida pero que le haces muy feliz, como prepararle el café que tanto le gusta por la mañana.
Si llegaste a este punto de la lectura es posible que tengas nuevas ideas para aplicar en tu relación o que estés ubicando que necesitas más información o apoyo psicológico, para eso puedes comunicarte con los psicólogos de Orienta, esperam