Nacimos, crecimos y nos desarrollamos en una cultura en donde está normalizado maltratar a las personas que están aprendiendo. Es común la descalificación y los enfoques en el error con la idea de que son formas de partir hacia una mejoría. Por ello, mantenemos diálogos internos de crítica hacia nuestra persona. Hoy te invito a aventurarte en pensamientos que rompen este esquema, que te des la oportunidad de mirarte sin criticar, validando cada emoción, pensamiento, parte de tu cuerpo, meta, etc.
Es muy importante conocer y reconocer nuestra imagen personal. Comúnmente escuchamos las inconformidades de los adultos acerca de su aspecto físico, lo que puede llegar a mermar tu capacidad si diriges descalificaciones constantes a tu persona. Reflexionar en los siguientes puntos puede ayudar a mejorar tu autoaceptación:
- Los defectos podrían ser ventajas. Identifica una consecuencia positiva de cada uno de lo que consideras tus defectos físicos. Busca algo que te guste de cada una de tus características, así podrás darle un plus a tu físico sin querer cambiar cada partícula de ti.
- Las metas son los buenos hábitos, no tener una imagen perfecta. A veces dejamos la dieta y el ejercicio porque pensamos que estamos fracasando debido a que no congeniamos con el espejo. No intentes medir tus avances a partir de tu juicio sobre cómo te ves, porque las personas con potenciales altos, tendemos a una mayor autoexigencia. Digamos que cuando cumples una meta ya tienes una nueva. Mide tus avances por tu sensación de bienestar, por tu resistencia y tu fuerza, en vez de concentrarte en cómo te ves.
