La tuberculosis es una enfermedad bacteriana, causada por la familia de las micobacterias, principalmente por Mycobacterium tuberculosis.
Es la segunda enfermedad infecciosa a nivel mundial después del SIDA y estamos aún lejos de erradicarla. La tuberculosis, por lo general, afecta a los pulmones; sin embargo, puede afectar a otras partes del cuerpo.
Los signos y síntomas de la tuberculosis pulmonar pueden ser difíciles de identificar, sobre todo cuando la enfermedad se encuentra en etapas tempranas; conforme va avanzando, podemos encontrar datos que nos orienten a sospechar del padecimiento. Estos datos son :
Expectoración: Tos con flemas, a veces acompañadas de sangre
Febrícula: Elevación de la temperatura corporal, por encima de los 37 grados, sin rebasar los 38, que puede aparecer al final del día
La pérdida del apetito y pérdida de peso
Sudoración por las noches
Dolor en el pecho, debido a la presión que se presenta por la infección en los pulmones
Fatiga y cansancio excesivo con relación al esfuerzo realizado: La función pulmonar puede estar comprometida, y, por ello, resulta difícil que llegue el oxígeno a los pulmones y, de ahí, al resto del cuerpo
Cuando la bacteria comienza a multiplicarse en el pulmón, va invadiendo el tejido. En fases más avanzadas de la Tuberculosis, es muy característica la aparición de pequeños huecos en el pulmón, facilitando que las bacterias se diseminen.
El diagnóstico es complejo, ya que estos signos y síntomas pueden presentarse en otras patologías, por lo que, es importante acudir a revisiones médicas continuas.
¿Qué hacer?
Si sospecha que usted o uno de sus familiares tiene tuberculosis, es importante acudir al médico de inmediato, para iniciar el tratamiento de forma oportuna. Si se entera que una persona cercana tiene la enfermedad, es necesario acudir a consulta para realizar estudios y una revisión física completa.
El éxito del tratamiento de la tuberculosis pulmonar se basa en:
Acudir al medico de forma oportuna, para tener el diagnóstico lo mas pronto posible e iniciar tratamiento.
Tomar el medicamento todos los días como se indica, sin suspender antes del tiempo establecido.
No automedicarse, para no encubrir el cuadro y ocasionar el retraso en el diagnóstico.
La tuberculosis es curable, recuerda acudir a revisiones médicas regulares, y seguir las indicaciones de tu médico al pie de la letra.