El pie es una parte del cuerpo que se encuentra expuesta a diferentes agresores, como: humedad, uso de calzado inadecuado o desgastado, imperfecciones en el suelo, etc.
El mecanismo de alerta más importante de nuestros pies es el dolor, ya que con esta sensación podemos detectar cuando nos pinchamos o golpeamos, si se irrita alguna parte de nuestra piel o, incluso, si se lastiman tejidos más profundos. Al ser el dolor algo desagradable, nos obliga a verificar la causa y retirarla antes de que el daño sea mayor.
Aunado a la afectación de los nervios, también se genera un daño a la circulación microscópica, lo que retarda la regeneración de los tejidos y la capacidad del sistema inmune, propiciando las condiciones que pueden causar infección de la herida.
Por tales cambios, en los pacientes con diabetes, se determina a sus pies como “pie diabético” y en la escala que usan los médicos, si no existen lesiones, se clasifica como pie de riesgo.
Al tener en cuenta esa predisposición a que las infecciones progresen de forma más sencilla, tiene un impacto favorable la prevención de lesiones y el manejo precoz de las mismas, donde la responsabilidad de valorar diariamente los pies recae directamente en el paciente en cuestión.
- Se sugiere que, por lo menos una vez al día, se visualicen los pies a detalle, buscando lesiones, sangrados, cambios de coloración de la piel, inflamación o cualquier alteración. Conocer las características normales de los propios pies, permitirá detectar alteraciones de manera más eficiente.
- Dentro de los ajustes en los hábitos de vida, se debe de adquirir calzado y calcetines apropiados para personas con diabetes, éstos presentan mayor confort en los puntos de presión y elásticos menos rígidos, para no afectar la circulación.
- Además, será importante cuidar el corte de las uñas, no permitiendo que crezcan demasiado y puedan generar cortes o uñas enterradas; en algunos casos, es conveniente la valoración e intervención de un podólogo para el recorte adecuado de las uñas.
- En caso de encontrarse alguna lesión, es prioritario recibir atención médica lo antes posible, para iniciar el manejo de forma precoz y tratar de limitar el daño; se puede acudir con un médico general o familiar y, en algunos casos, con un cirujano general o un angiólogo.
Una complicación del pie diabético es la muerte del tejido de la extremidad, lo que requerirá de un manejo radical y puede poner en riesgo la vida. Una buena prevención y manejo precoz de las heridas, permitirá evitar estas situaciones.