La violencia escolar se torna peligrosa porque puede producir daño emocional que lleve a un infante a desarrollar trastornos de salud mental como ansiedad y depresión, reducen su capacidad de aprendizaje, lastiman su potencial creativo y pueden llevarle a conductas que le ponen en riesgo.
Ubica si tu hijo puede ser un violentador o enfrentar la violencia escolar, acompáñale a saber respetar y cómo defenderse, sin ponerse en riesgo, así como a ubicar con quién puede contar y qué puede hacer.
Algunas herramientas sobre cómo hablar de la violencia en la escuela:
1. Pregunta qué piensa de regresar a clases presenciales, y a qué le tiene miedo. No minimices ni invalidez sus miedos, por el contrario, al hablarlo, podemos comenzar a dimensionar la problemática y sus posibles soluciones.
2. No promuevas el uso de la fuerza física o verbal para defenderse. Lo mejor será apoyarle a defenderse sin insultar y sin golpear.
3. Promueve el trato respetuoso en tu hogar. El contacto interpersonal, con cortesía y amabilidad, garantiza que tu hijo tenga habilidades sociales para relacionarse también fuera de casa.
