Tenemos que considerar el reto que ha representado el virus SARS CoV-2 para la población mundial, múltiples contagios en todo el mundo que han generado una gran cantidad de variantes debido a mutaciones, algunas con mayor eficacia de contagio o de evasión del sistema inmune.
Sabiendo esto, podemos entender que se ha disminuido en cierta medida la transmisión y fatalidad de la enfermedad gracias a la vacunación, pero estamos lejos aún de la erradicación del virus, dado que, aunque son menos, siguen existiendo contagios, lo que ocasiona que se continúe desarrollando y mutando dicho virus.
¿Qué nos toca entonces como población? Hemos aprendido bastante, con ayuda de los medios, las situaciones que implican un mayor riesgo de contagio, por lo que, con este conocimiento, lo que nos corresponde es evitarlas y ser responsables cuando presentamos síntomas respiratorios o gastrointestinales. No se puede saber únicamente por los síntomas si es Covid-19 o no, debido a que con la vacunación, aumenta además la cantidad de personas con cuadros asintomáticos o con cuadros muy leves, que aun así son contagiosos.
Es importante saber que los cuadros virales, de SARS CoV-2 o no, se presentan gradualmente, por lo que se puede empezar con molestias mínimas e ir agregando síntomas conforme avanzan las horas o días.
Seamos entonces precavidos y consideremos, si veremos próximamente a personas vulnerables, no ponernos en situaciones de riesgo, para no ser nosotros quien los contagien, tenga o no síntomas. Si puedo evitar una situación de riesgo, hacerlo, si de todos modos me tengo que exponer, minimizar el tiempo y cuidar el resto de las medidas: cubrebocas adecuado, cubrir boca y nariz, distancia de 1.5 a 2 metros, lavado de manos o uso de alcohol gel y mantener la ventilación del lugar.
No podemos seguir con el freno en nuestras vidas, pero aprendamos a manejarnos y disfrutar responsablemente.
Entre menos contagios, menos mutaciones y más oportunidades para erradicar el virus. La labor es de todos.
