Los primeros auxilios psicológicos son técnicas y estrategias destinadas a ayudar a las personas a gestionar un evento traumático y a restablecer su estado emocional. En este artículo conocerás las principales acciones para brindar primeros auxilios psicológicos.
Los primeros auxilios psicológicos, o PAP como los llamaremos en adelante, son intervenciones tempranas que se proporcionan a personas que han pasado por una crisis emocional, con el objetivo de reducir el impacto inicial del evento y fomentar la recuperación a largo plazo. Este tipo de asistencia es crucial, ya que puede prevenir el desarrollo de consecuencias psicológicas y facilitar una recuperación efectiva. Están dirigidos a niños, adolescentes, familias y adultos en situación de crisis.
Los PAP se brindan a través de profesionales de la salud mental o personal capacitado que proporcione asistencia temprana a las personas afectadas como parte de un esfuerzo organizado ante una necesidad. Sin embargo, cualquier persona puede ser parte de este apoyo inmediato en la fase de contacto inicial.
Guía práctica sobre cómo brindar primeros auxilios psicológicos de manera efectiva.
Antes de intervenir, es esencial contar con los conocimientos necesarios para brindar este apoyo. Para ello, es importante tener una comprensión clara de los principios básicos de los PAP e identificar una crisis. Iniciemos conociendo la crisis como un estado de desestabilización emocional que ocurre cuando una persona enfrenta una situación o evento que supera su capacidad habitual para afrontarlo. Las crisis pueden ser provocadas por diversas circunstancias, como pérdidas significativas, cambios importantes en la vida, eventos traumáticos o problemas de salud.
Una vez identificada la crisis, se inicia la primera fase de los PAP, que consiste en evaluar tanto la situación como el estado emocional de la persona. Esta evaluación incluye verificar que el entorno sea seguro tanto para el interviniente como para la persona en crisis. Junto con esto, es indispensable observar el estado emocional de la persona, identificando signos o manifestaciones de angustia, confusión o shock, y determinar si existen necesidades físicas urgentes que deban ser atendidas, como sentarse, retirarse de una zona de riesgo, ingerir agua, cubrirse con una frazada, etc.
Tras revisar el entorno y el estado emocional, se debe establecer una comunicación clara y empática para conocer las necesidades y preocupaciones de la persona en crisis. Es fundamental practicar la escucha activa, lo que implica prestar atención plena sin interrumpir, mostrando un interés genuino en lo que la persona está diciendo. Esto es esencial para captar información útil, como nombres o direcciones de familiares o personas cercanas a quienes se pueda notificar sobre la situación, e incluso para identificar si la persona necesita algún medicamento que no deba interrumpir por razones médicas. Validar sus emociones y utilizar un lenguaje claro y sencillo ayuda a que se sientan comprendidas y apoyadas.
La intervención se enfoca en estabilizar emocionalmente a la persona. Dentro de las técnicas que se utilizan incluyen la respiración guiada, que ayuda a reducir síntomas físicos, técnicas de mindfulness, que permiten a la persona reconectar con el aquí y el ahora, o simplemente estar presente y ofrecer ayuda, como contactar a familiares, amigos o proporcionar información sobre recursos de ayuda.
Una vez que la persona esté más tranquila, es importante considerar la derivación a profesionales de salud mental para un apoyo especializado. Proporcionar información de contacto de servicios de salud mental o acercarse al centro de contacto Orienta PAE puede brindar el apoyo necesario o un seguimiento de su estado emocional.
Brindar primeros auxilios psicológicos es una habilidad que puede marcar una gran diferencia en la vida de una persona en crisis. Con una preparación adecuada, una evaluación efectiva, una conexión empática, una intervención oportuna y un seguimiento constante, se puede ofrecer un apoyo crucial que facilite la recuperación emocional y promueva el bienestar a largo plazo.
